Me quedé pensando en esas 3 palabras y “:v”, ¿Cómo suena “:v” ? Puede que sea como un gg. El detalle es que para llegar a transmitir un mensaje, una historia, una emoción; primero debemos equivocarnos. Sí, eso creo. Y capaz dejes de leer esto debido a mi sentencia afirmativa, y va bien. De buenas a primeras, caemos en nuestros propios vicios al montar, ¿a quién no le ha pasado? A mí, múltiples veces. ¿Cuántas veces hemos sido críticos de piezas sonoras? ¿Cuántas veces hemos podido sustentar nuestra opinión en base al ejemplo/error nuestro? ¿Cuántas? ¿Cuántas veces hemos podido decir y aceptar: “somos muy básicos”
El elemento
Para 2018, Alejandro Cornejo, investigador y paisajista sonoro de Perú, señaló: “Hoy, el paisaje sonoro puede ser considerado, de manera efectiva, como el quinto elemento del lenguaje radiofónico”. Cornejo sostiene esta afirmación desde hace mucho tiempo. Quienes lo hemos escuchado en charlas y sabemos de su línea de investigación con respecto al soundscape, sabemos que él ha tratado de manifestar la importancia de éste elemento así como el valor primordial de la cuota artística en las producciones que lleguemos a hacer.
En algún momento quebramos todos los conceptos y los amalgamamos en un todo de acuerdo a lo que queremos comunicar. Para ello, organizamos la música, el efecto, la voz, el paisaje sonoro y el ruido. El eterno ruido, deseado, dejado y a veces, amado incomprendido.
El economista francés, Jacques Attali en 1977 ya nos decía: “Desde hace veinticinco siglos el saber occidental intenta ver el mundo. Todavía no ha comprendido que el mundo no se mira, se oye. No se lee, se escucha. Nuestra ciencia siempre ha querido supervisar, contar, abstraer y castrar los sentidos, olvidando que la vida es ruidosa y que solo la muerte es silenciosa: ruidos de trabajo, ruidos de los hombres y ruidos de las bestias. Ruidos comprados, vendidos o prohibidos. No ocurre nada esencial en donde el ruido no esté presente”.
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