No. 7 – Mariano

*|MC:SUBJECT|*
No. 4: Cambios en Apple Podcast y Start-Up Chile
Visualiza este e-mail vía web.
Classificados


Adonde Media está desarrollando un piloto y ¡quiere tus historias! Se trata de un podcast basado en ensayos personales sobre Viajes Inesperados y Lecciones de Vida. Para ver todos los detalles ingresa aquí. La convocatoria cierre el próximo domingo, 6 de agosto.

¿Tienes algún anuncio o aviso para esta sección? Comunícate con nosotros a comunidad@podcasteros.com con el asunto "Clasificados" o haz click aquí

NOTICIA DESTACADA

Mucho podcast,
poco tiempo

Cada vez hay más podcasts increíbles, pero no más tiempo para dedicarles. Esa es la cruda realidad que enfrenta hoy el ávido consumidor de audio: ¿Cómo se hace para sobrevivir a una lista de suscripciones que crece exponencialmente? Mariano Pagella propone aquí algunas ideas para no morir en el intento de querer escucharlo todo (y hasta se le da por filosofar sobre la tendencia del “speed-listening”).

Por Mariano Pagella

Mis suscripciones en Pocketcasts, mi app de podcast. Si no les parece tan grave, piensen que ese número ya quedó atrasado, sumé dos nuevos mientras escribía esto...

Escucho muchos podcasts. Muchos. Demasiados. Probablemente dedique más horas por semana al podcast que a películas o series. A esto se suma que además me fascina descubrir nuevos shows, por lo que constantemente estoy sumando nuevas producciones a mi aplicación de podcast. El resultado: como le sucede a muchos, el número de mis suscripciones aumente más rápido de lo que llego a escuchar todo.

Los 3.453 podcasts en la categoría “unplayed” (que no han sido reproducidos aún) dejan a la vista el problema: No escucho ni de cerca todos los podcasts a los que estoy suscripto. No podría hacerlo aunque quisiera. Es un hecho que tengo aceptado como parte de la vida.

Frente a esto, se presenta una gran duda existencial, una encrucijada frente a la que todo oyente se encuentra en algún momento: ¿Cómo optimizar al máximo la experiencia podcastera? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre seguir descubriendo cosas nuevas sin abandonar lo conocido?

En mi caso, fui desarrollando técnicas y requisitos estratégicos al momento de decidir escuchar o no un podcast:

1) Duración. Generalmente prefiero podcasts cortos, de 30 minutos o menos. Por encima de esa duración tiene que ser algo que me haya llamado la atención particularmente. ¿Más de una hora? Extremadamente difícil, salvo que esté súper recomendado. Por esta razón, uno de mis podcasts favoritos es The World According to Sound, un micropodcast increíble con una duración promedio entre uno y dos minutos por episodio. Maravilloso.

2) Selección. Mayormente escucho podcasts con formato narrativo y diseño de sonido. Eso ya reduce las opciones. Soy particularmente adicto a las audioficciones, por lo que gran parte de mis suscripciones pasan por ahí. El formato de temporadas es mi preferido, así que ese es un plus enorme al momento de decidir suscribirme. En mi mundo ideal todos los podcasts serían así.

3) Atención. Supongamos que me cruzo con un podcast del que no sé absolutamente nada. Escucho un episodio y tiene unos… cinco minutos como mucho para convencerme de seguir escuchando. Si para ese momento ya no me interesó, stop y a otra cosa, salvo que esté especialmente recomendado. Implacable.

4) Todo momento es bueno para escuchar podcasts. Las tareas del hogar se convirtieron en lo mejor de la vida, la perra se ha ganado más de una vuelta manzana extra en sus paseos para terminar justo un episodio, ninguna distancia es muy larga para ir caminando cuando hay varios episodios pendientes.

Pisando el acelerador

Pero existe otra técnica que busca descartar menos y escuchar más, una tendencia que está generando una verdadera polémica… No todos saben que hoy prácticamente todas las aplicaciones de podcast permiten modificar la velocidad de reproducción. Hacerla por ejemplo más lenta y también, claro, acelerarla. Este es el punto clave, y es simple matemática: Si aumento la velocidad de un podcast 50% (1.5x), puedo escuchar un episodio de una hora en 45 minutos. Al doble de velocidad (2x) ese tiempo se reduce a la mitad. Una hora se comprime en 30 minutos. De pronto, en lugar de decidir entre dos podcasts de una hora es posible escuchar ambos en el tiempo que llevaría uno solo.
Para muchos esto abre las puertas a un universo de posibilidades. Para otros significa una herejía absoluta que debería estar penada por ley. Lo cierto es que es una práctica que se encuentra cada vez más difundida. Descubrí su existencia allá por el 2015, leyendo un artículo en The Verge. Me horrorice como muchos (¡sacrilegio!) y lo olvidé completamente. Pero hace unas semanas (probablemente debido a este artículo del Wall Street Journal) el tema resurgió y mucho más candente que antes. De pronto mi timeline de Facebook comenzó a llenarse con comentarios sobre esto y el encarnizado debate llegó a niveles equiparables con las batallas sobre política.

Para conocer que tan generalizada era esta práctica armé dos encuestas en Facebook, con dos públicos objetivo bastante diferentes: Una en el grupo de Argentina Podcastera y otra en el New York Times Podcast Club.
Los resultados fueron a grandes rasgos bastante similares: A simple vista parecería que es una minoría la que escucha a velocidad acelerada. Sin embargo, en los comentarios de cada encuesta muchos aclaran que prefieren escuchar a velocidad normal pero que en algunos podcasts aceleran la reproducción, y esgrimen diversos motivos. No es una práctica tan aislada como pareciera demostrar la votación.

Existe cierto consenso en que podcasts con diseño de sonido o una edición bien ajustada es preferible escucharlos a velocidad normal, mientras que entrevistas o podcasts con formato de charla se pueden acelerar sin problemas sin perder mucho. Incluso existe una opción alternativa, popularizada como “smart speed” (“velocidad inteligente”) en la aplicación Overcast, que no acelera el audio pero elimina todos los silencios.

Hay quienes sostienen que es un horror y hasta una falta de respeto para quienes dedicaron horas para ajustar cada segundo de lo que escuchamos. Sería lógico suponer incluso que cualquier productor de podcast que trabaje con mucho diseño de sonido estaría rotundamente en contra de esto. En un artículo del Chicago Tribune, cuyo título podríamos traducir como “Escucha acelerada - ¿eficiente, blasfema o solo una locura?”, dan su opinion algunos de los productores más destacados de EEUU... y hay unas cuantas sorpresas.

Este “acelere” ni siquiera es algo específico de los podcasts. También se está hablando del “speed watching”, y en este artículo de The Guardian hasta lo sugieren como una posibilidad para mirar películas y escuchar música.

El conocimiento de esta tendencia provoca en muchos una pérdida automática de la fe en la humanidad y un signo más de la proximidad del Apocalipsis. La realidad es que no existe una forma “correcta” de experimentar lo que consumimos. Puede existir la manera para la cual fue pensado el contenido, la más aceptada o la ideal, pero una vez que algo sale al mundo, se adapta, se resignifica, se usa de maneras impensadas. Las formas de consumo cambian, los medios evolucionan.

Cuando Netflix publicó la primera temporada de House of Cards en 2013 (¡y parece que fue hace décadas!) con todos sus episodios disponibles al mismo tiempo terminó de quedar oficialmente inaugurada la era del “binge watching”, el modo “atracón” de mirar una serie engulliendo capítulo atrás del otro.

En medio de la polémica que se armó por esta forma de mirar recuerdo que algunos decían que ver todos los episodios de un tirón no permitía que la historia se asentara bien en la mente. Hoy, tragarse una temporada entera en una noche o en un fin de semana puede pasar por algo común y corriente.

Entonces, siguen surgiendo preguntas: ¿Qué sucede con la experiencia detrás de lo que consumimos? ¿Qué buscamos al darle play al episodio de un podcast? Para mí, escuchar un podcast es entregarse al ritmo de otro, dejarse llevar por la narración, sorprenderse por los giros de la edición, experimentar los silencios. Todo eso me resulta incluso más relevante que la información en sí misma.

El silencio, por ejemplo, es uno de mis recursos narrativos favoritos, tiene un poder descomunal cuando se lo utiliza bien. Es una de las características que encuentro más fascinantes de The Memory Palace. Al final de cada episodio, Nate DiMeo deja unos segundos de silencio antes de los créditos finales. En esos segundos la historia continúa en mi mente dando vueltas.

Una sutileza como esta sería arrasada por la herramienta de “eliminar silencios”, y eso me genera cierta tristeza. No por una cuestión de lo “sagrado” del audio, sino por el hecho de que quizá muchos jamás descubrirán siquiera que eso existe, y se van a perder de algo maravilloso.

¿Está mal? ¿Está bien? Que cada uno saque sus propias conclusiones, pero definitivamente es algo que los productores debemos considerar. Menor duración, edición más precisa, contenido bien editado tal vez sean características que empiecen a establecerse como un estándar si esta práctica se difunde aún más.

¿Qué ocurriría si se diseñara una pieza pensada para ser escuchada a 1x y a 2x, y al modificar la velocidad cambia la historia? ¿Haremos podcasts con versión a velocidad normal y otras optimizadas a 2x? Todo esto refuerza aún más lo maravilloso del podcast, un medio flexible desde todo punto de vista: No existen las recetas para realizarlos, ni para escucharlos.

Si tienen noticias relacionadas a podcasts en español, ¡por favor avísennos! Nos pueden enviar información a comunidad@podcasteros.com.

No dejes de leer...

Además de los enlaces ya incluidos en el texto central sobre el fenómeno de "speed-listening", aquí les ofrecemos algunos artículos más (lamentablemente, todos en inglés) sobre el tema: 

  • Is It Ever Okay to Listen to Podcasts at Triple the Speed? (WNYC)
  • Too Many Favorite Shows? Take Them In at High Speed (NY Times)
  • The Rise of ‘Speed-Listening’ (The Atlantic)
  • Lots of Us Listen to Podcasts Faster Than “Normal.” Join Us! (Slate)

(Gracias a Nick Quah, el autor de Hot Pod, quien ofreció estas fuentes en sus comentarios sobre "speed-listening" esta semana.)

Estoy escuchando...

Bistró Bataille (una batalla culinaria) es uno de mis hallazgos de este 2017. Un podcast argentino, capitaneado por Lionel Kleiman, que a primera vista podría parecer un podcast sobre comida, pero no, es un podcast sobre comer. Y la diferencia es absoluta. La temática de los episodios varía entre los más convencionales, como el café, el sushi o los guisos; y otros más conceptuales, como la comida en los funerales o los maridajes no convencionales.

Tiene algunos detalles de producción que se podrían mejorar, pero no son importantes frente a todos los aciertos. Y por encima de todo tiene una cualidad que me resulta increíble: Es un podcast que al escucharlo me da hambre.

Mariano Pagella ​es productor de podcast made in Argentina. Lleva una doble vida como diseñador gráfico y productor digital. Cofundador de Lunfa y Argentina Podcastera. Adicto a las audio ficciones.

@mmarianop // 
argentinapodcastera.com.ar

Copyright © *|CURRENT_YEAR|* *|LIST:COMPANY|*, All rights reserved.
*|IFNOT:ARCHIVE_PAGE|* *|LIST:DESCRIPTION|*

Nuestra dirección es:
*|HTML:LIST_ADDRESS_HTML|* *|END:IF|*

¿Quieres cambiar cómo recibes este newsletter?
Puedes cambiar tus preferencias o cancelar tu suscripción