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Transformar las desigualdades de género en la radio haciendo podcast

Transformar las desigualdades de género en la radio haciendo podcast

Soy comunicadora y radialista feminista, investigué cómo se expresan las desigualdades de género en la radio, entrevisté a las protagonistas y les propuse narrar estas experiencias en primera persona desde el podcast. Produje en este formato como estrategia para nombrar aquellas situaciones que merecen ser visibilizadas y que en el ámbito radial, no solo gozan de buena salud, sino también de impunidad.

Por Laura Mangialavori*. Buenos Aires, Argentina.

En una semana, el 27 de agosto, se cumplen 100 años de la primera transmisión de radio en Argentina: cuando Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, conocidos popularmente como “los locos de la azotea”, transmitieron en la terraza del teatro Coliseo en la Ciudad de Buenos Aires. Un siglo después, desde los feminismos nos preguntamos ¿Cuánto cambió la radio en este tiempo? ¿Se escuchan las voces de las mujeres, cis, trans, lesbianas y travestis? ¿Qué lugares ocupamos en la radio hoy?

Radialistas sentadas en círculo para debatir sus experiencias dentro de las radios de pertenencia. Foto: Encuentro de Radialistas Feministas 2018

Me propuse crear un podcast para contar a través de historias personales, testimonios, anécdotas y experiencias, aquellas violencias que las feminidades sufrimos en la radiofonía argentina. Cuáles son los lugares, roles y tareas que se nos asigna, qué micromachismos aparecen naturalizados y cómo eso impacta en nuestras subjetividades y en la forma en la que se construyen los discursos que circulan en los medios de comunicación. Estas preguntas que me interpelan e interesan particularmente, son el motor de esta publicación, Bocanada, historias que liberan. Para entender desde dónde fue construida y concebida, resulta fundamental repasar mi propio recorrido personal y académico.

Me recibí de Licenciada en Comunicación Social y durante la cursada de la carrera transité varios espacios radiales. Participé de la radio comunitaria, alternativa y popular Radio Presente, que funciona dentro del ex Centro Clandestino de Tortura y Exterminio Olimpo, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí aprendí a hacer radio, a coordinar colectivamente, a diseñar estrategias, a pintar banderas, a participar de asambleas, de radios abiertas, a militar la lucha por los derechos humanos, a canalizar mi deseo de transformación social, a escuchar y decir. También integré el ex programa de radio y hoy espacio de producción de comunicación feminista Nos Quemaron por Brujas (NQPB), con quienes diseñamos y planificamos un informe sobre la participación de las mujeres y diversidades en los programas más escuchados de radio, en el 2017. También, junto a muchas radialistas feministas de todo el país organizamos un Encuentro de Radialistas Feministas en el año 2018, en la ciudad de Mar del Plata, para visibilizar nuestras existencias radiales, para crear y creer en red y enredarnos junto a otras, en la lucha por una radio y una sociedad más libre, justa e igualitaria.

Primer Encuentro de Radialistas Feministas en Argentina 2018

Me interesa pensar cómo se expresan las desigualdades de género en los distintos ámbitos de la sociedad y en la radio en particular como medio de comunicación que sigue estando vigente en la construcción de los debates políticos y de sentidos en nuestra cultura.

Roles de género en la radio hoy

En el 2017 desde el colectivo de comunicación feminista Nos Quemaron por Brujas (NQPB) realizamos el monitoreo llamado #FaltamosEnLaRadio cuyos resultados siguen generando un gran impacto hasta el día de hoy. El relevamiento buscaba determinar cómo estaban distribuidos los roles en las radios más escuchadas (según la medición de IBOPE) de AM y FM nacionales en la primera mañana (entre las 6 y las 10) para identificar la participación femenina en cada una de ellas y, de ese modo, contribuir a una revisión de la radiofonía argentina en pos de una comunicación no sexista.

En ese examen se vislumbró que los programas de radio anclados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -pero con alcance nacional- tienen un equipo de profesionales que resulta cada vez más privativo de las voces de las mujeres, cis, trans, lesbianas y travestis y en el que los varones tienen roles preponderantes: las columnas de Economía y Deportes son 100% desarrolladas por comunicadores o especialistas de esas materias; similar a lo que ocurre con el Humor, sección en donde ellos son, en un 100%, los protagonistas. En materia de Espectáculos, casi se alcanza la paridad en tanto que el 43% son mujeres. Respecto de la Locución, es en ese rol en donde se evidencia la preeminencia femenina, que alcanza el 82%; sobre el 18% ocupado por ellos.

Este monitoreo permite pensar la distribución de roles, la intervención según género en las emisiones y cómo estos números son representativos de la hegemonía discursiva y de los mecanismos discriminatorios y sexistas, entendido este, como expresa la filóloga, feminista española Teresa Meana, como la asignación de valores, capacidades y roles diferentes a hombres y mujeres, exclusivamente en función de su sexo, desvalorizando todo lo que hacen las mujeres frente a lo que hacen los hombres que es lo que está bien, “lo que tiene importancia”.

Tres años después de estos números y en el marco de los 100 años de la radio, NQPB vuelve a analizar la participación y distribución de roles en la radiofonía argentina y si bien los resultados aún no están cerrados (se espera que para finales de agosto puedan encontrarse en las redes sociales bajo el mismo hashtag #FaltamosEnLaRadio) basta prender la radio, durante la primera mañana, y darnos cuenta que pasan horas, sin que suene la voz de una identidad no masculinizada al aire.

Esto nos demuestra que, si bien los debates y las conquistas de los feminismos en Argentina ganaron escena pública y se instalaron en muchos ámbitos institucionales (se creó, por ejemplo, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad) los medios de comunicación están hoy muy lejos de reflejar este momento histórico.

El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) presentó en 2018 el informe “Mujeres periodistas en Argentina”, que muestra la desigualdad de género tanto en la distribución de los puestos de mayor poder como también en el ingreso. De más de 400 periodistas mujeres consultadas (de todo el país y todos los medios; digital, radio, TV, gráfica, otros), el 72% reconoció tener menos oportunidades de crecimiento en medios de comunicación que los hombres; de aquellas que trabajaban en relación de dependencia, el 71% indicó que sus jefes eran hombres; el 76% sostuvo que las mesas directivas de sus medios estaban conformadas por hombres, y el 93% aseguró que había algún tipo de diferencia entre las posibilidades que ellas tenían como mujeres frente a la situación de los periodistas hombres.

Estos datos son todavía más alarmantes si tenemos en cuenta otra investigación publicada en 2018 por Comunicación para la Igualdad, que advirtió que el 64% de las personas que estudian carreras de comunicación son mujeres, pero, a su vez, las mujeres representan sólo el 30% de las personas que trabajan en empresas periodísticas, y el 24% de las personas afiliadas a sindicatos de prensa.

La paridad de voces en medios hoy es un debate público

Actualmente en Argentina se están discutiendo, al menos, dos proyectos de ley de paridad en medios que buscan cambiar una desigualdad que se vuelve evidente e innegable y que además de ser injusta, restrictiva y opresiva, vulnera derechos, como por ejemplo y principalmente el derecho a la comunicación, en tanto derecho humano, entre otros.

Una de las iniciativas, que ya tiene dictamen en el Senado, impulsa una mayor representación de la diversidad sexual en los medios públicos (determinados por la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual), que deberán garantizar al menos un uno por ciento de personas trans entre su personal. En los privados no será obligatorio, pero tendrán incentivos si lo cumplen. El proyecto, presentado por la senadora Norma Durango, del Frente de Todos, recoge una propuesta de colectivos de periodistas y aportes de redes de comunicadoras y especialistas en la temática.

El otro proyecto, presentado por la diputada Mónica Macha, del mismo espacio político que Durango, fue presentado recientemente y busca garantizar la paridad y la equidad de géneros en los medios. Los cinco puntos principales del proyecto de ley son:

-Establecer la paridad de género y la promoción de una representación justa, diversa e igualitaria de las identidades de género en los medios de comunicación televisivos, radiales, digitales y en formato papel.

-Establecer la paridad en el personal y los directorios de los medios públicos de comunicación.

-Establecer la paridad en los directorios de los medios privados titulares de licencias.

-Fomentar, a través de la pauta oficial, a medios de comunicación que incluyan mujeres y varones trans y todas aquellas personas no conformes con el género asignado al nacer.

-Eximir a los medios lesbotransfeministas.

Hacer podcast: una apuesta sonora para derribar al patriarcado

Decidí registrar los testimonios de trabajadoras de distintas radios (comerciales, públicas, comunitarias) para que aquellas historias que recorrían los espacios de militancia o activismo, lleguen a otros y nuevos oídos.

La elección del discurso radial intenta visibilizar una problemática social a través de un dispositivo que busca generar un impacto emocional en quienes lo escuchen.

Las historias no fueron contadas desde un lugar de solemnidad, ni se abusó de las reflexiones teóricas académicas. Sino que se intentó, desde la simpleza de los hechos descriptivos, conocer historias comunes, repetidas y cercanas, sin caer en sensacionalismos. La elección de las mismas no busca ser representativa de la totalidad de las sujetas radiales, no pretende abarcar la totalidad de voces posibles, ni realidades existentes. Consciente de que en el recorte hay voces que quedan afuera, esta es solo una pequeña muestra. En este sentido, si bien busqué representar historias de diversos puntos del país, la distancia geográfica representó una dificultad para representar esa pluralidad federal.

Las historias que elegí para que integren Bocanada buscan echar luz a las relaciones de complicidad y silencio que posibilitan la perpetuación de las violencias.

Las historias que elegí para que integren Bocanada buscan echar luz a las relaciones de complicidad y silencio que posibilitan la perpetuación de las violencias. También, todas ellas, no pueden ser leídas de manera aislada. Las agresiones que se viven como algo personal exceden el terreno de lo privado. Otro sentido a construir fue el de relatos que no quedaran en la mera denuncia panfletaria, sino que a través de ejemplos puntuales y hechos descriptivos, transformaran lo sucedido en reivindicaciones de lucha.

La propuesta de este podcast es revertir, a través de los relatos, el lugar de marginadas, “locas” y conflictivas, quienes, simbólicamente y a lo largo de la historia, se enfrentaron al poder, lo disputaron, hablaron y rompieron modelos establecidos. Reivindicar sus historias, dimensionar sus padecimientos y las consecuencias de sus exposiciones.

Creyendo que siempre es necesario visibilizar para desarticular mecanismos instalados y naturalizados en nuestra sociedad.

La producción en su inicio contaba con un episodio que, por pedido de la protagonista, no fue difundido. Ella es una locutora profesional de una radio universitaria de la provincia de Santa Fe que vivió durante años el hostigamiento, el maltrato y el acoso dentro y fuera del estudio por parte del conductor estrella, con amplia trayectoria y prestigio en el periodismo nacional. Si bien los hechos fueron de público conocimiento, no forman parte del podcast.

La idea principal de Bocanada es desnaturalizar relatos cotidianos de trabajadoras que viven situaciones violentas a diario en muchas de las radios del país. Sus voces traen historias que conocemos, escuchamos o vivimos. Le ponen cuerpo a la estadística.

Pensar y contar estas historias por fuera del discurso radial tradicional y hacerlo a través del podcast, es una oportunidad para llegar a nuevos ámbitos de difusión, saltar los círculos de “convencidas” y lograr cruzar fronteras, territorios y públicos. Es la posibilidad de explorar un formato distinto, con otras libertades sonoras y de requerimientos técnicos. Pero, principalmente el podcast permitió, en este caso, una apropiación del aire y una independencia y autonomía, que en la radio (al menos en la mayoría) no hubiese sido posible.

El podcast permitió, en este caso, una apropiación del aire y una independencia y autonomía, que en la radio (al menos en la mayoría) no hubiese sido posible.

Narrar estas experiencias en primera persona desde el podcast, forma parte de la estrategia política elegida para nombrar con todas las letras, aquellas situaciones que merecen ser visibilizadas y que en el ámbito radial, no solo gozan de buena salud, sino también de impunidad.

Los testimonios y nombres propios que seleccioné para Bocanada invitan a reflexionar. ¿Qué pasa en los espacios de poder? ¿Por quiénes están manejados? ¿Quién tiene la palabra? ¿Cómo se construyen las noticias? Todas estas preguntas interpelan e incomodan a aquellas personas e instituciones que siguen sosteniendo las estructuras que perpetúan las injusticias. Hacerlas visibles en sus propios espacios no parece una tarea sencilla.

Durante el proceso de investigación periodística, el desarrollo de las entrevistas y luego de recibir las primeras devoluciones de quienes escucharon el podcast, uno de los hallazgos más importantes para reconocer lo estructural de las violencias por razones de género, es que las historias generan una identificación muy profunda no sólo en quienes transitan y trabajan en los medios de comunicación. Los relatos trascienden el ámbito radiofónico y resuenan en cualquier mujer cis, lesbiana, travesti o trans. Darnos cuenta que somos muchas las que vivimos alguna vez una situación similar a la que relatan las protagonistas de estos episodios, es lo más difícil y a la vez, lo más importante.

Darnos cuenta que somos muchas las que vivimos alguna vez una situación similar a la que relatan las protagonistas de estos episodios, es lo más difícil y a la vez, lo más importante.

Hablar nos libera, a nosotras y a quienes nos escuchan. Las resonancias son dolorosas y también sanadoras. En algunos casos las vivencias que trae este podcast tienen años y nunca fueron contadas. Este trabajo busca remover desde la profundidad de nuestras subjetividades, dañadas en muchos casos por un sistema que nos culpabiliza por lo que nos pasa y nos aísla, y posicionarse desde una dimensión política.

Sabemos que hablar tiene sus consecuencias en un mundo donde se nos castiga por hacerlo. Se vuelven evidentes los costos que implican señalar lo que nos oprime. No es una tarea sencilla y la interseccionalidad (el entrecruzamiento de las opresiones, según raza, género, clase social, etc.), magnifican aún más estas secuelas.

Es necesario desde la organización colectiva jaquear al patriarcado y construir fugas amorosas.

Es necesario desde la organización colectiva jaquear al patriarcado y construir fugas amorosas. Escucharnos, encontrarnos y reconocernos para romper con las complicidades que permiten que estas situaciones sigan ocurriendo a ojos y oídos de todas las personas.


(*) Laura Mangialavori

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Radialista feminista. Capacitadora en Perspectiva de género y diversidad.
Creadora del podcast: BOCANADA: historias que liberan. Formó parte del espacio radiofónico feminista Nos Quemaron por Brujas. Desde 2018 es colaboradora en Tristana.
Porteña de las periferias. Fan del anotador guardián de la memoria. Astrocuriosa.


Este artículo fue editado por Mariana Vaccaro.

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