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Un recorrido por el podcasting con sabor a Cuba

La isla caribeña tiene una larga tradición radial, pero ya sabemos que aunque tiene los elementos de su lenguaje, el podcast no es radio. Y aunque en el mundo venía desarrollándose desde 2004 o incluso antes, el contexto cubano es bien diferente. Este artículo propone conocer de cerca la escena cubana de podcast.

Por Yohan Amed Rodríguez Torres, colaborador en residencia desde Cuba.

 

Foto: CubaPod

En el año 2020, el contexto de la pandemia del Covid-19 fue fructífero para la industria podcastera en Cuba. Hubo un aumento de producciones, participación y reconocimiento en eventos, crecimiento en audiencias, entre otros aspectos importantes. Un auténtico boom, más no ha sido el único en los últimos 5 años.

La isla caribeña tiene una larga tradición radial, ya que fue una de las primeras naciones de Latinoamérica y el mundo en tener la radio, eso es sin dudas, una fortaleza en experiencias y conocimientos del medio radiofónico y el audio en general con la dramaturgia y el ambiente sonoro cubano.

Pero ya sabemos que aunque tiene los elementos de su lenguaje, el podcast no es radio. Y aunque en el mundo venía desarrollándose desde 2004 o incluso antes, el contexto cubano es bien diferente y por eso llega un poco más tarde a la escena podcastera.

 

La conexión a Internet 

Para poder subir y descargar los podcast es necesario el acceso a internet, algo que en Cuba ha atravesado por diferentes procesos. Primero, estaba limitado a centros de investigación, universidades, empresas y medios de prensa de forma gratuita y subsidiada estatalmente, y por otro lado, la conectividad para extranjeros en salas de conexión de hoteles y cibercafés con precios bastante elevados. 

 

Foto: Yander Zamora. Agencia EFE.

La velocidad de esas primeras conexiones institucionales era lentísima, pues Cuba tenía un acceso dedicado mediante conexión satelital a 64 Kbit. En parte, estaba motivado por el bloqueo económico y comercial del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba (también conocido internacionalmente como embargo), que afectaba al sector de las telecomunicaciones y la informática, al no poder establecer negocios con compañías telefónicas de EE.UU. ni conectarse con cables submarinos de fibra óptica de ese país. Tampoco se podía acceder a créditos financieros de bancos con relaciones con EE.UU. o comprar infraestructura o equipamiento bajo licencia o con componentes norteamericanos.

El acceso comenzó a extenderse el 4 de junio de 2013 con 118 salas de navegación habilitadas por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A., ETECSA  con un costo de 112,5 pesos cubanos (4,50 CUC o cerca de 5,11 USD en aquel entonces) por hora. El salario medio en Cuba en 2014, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información, ONEI, era de unos 584 pesos cubanos (23,36 CUC ~ 26,3 USD), por lo que la hora de conexión tenía un costo bastante elevado*

En enero de 2013, el cable submarino ALBA 1, procedente de Venezuela, se declaró operativo y comenzó las pruebas para el tráfico de internet, de acuerdo con el sitio CubaDebate.  A partir de mayo 2014 se fue extendiendo a más provincias y municipios cubanos este servicio de conectividad por salas de navegación y bajó su precio.   

Según el sitio Internet Live Stats, en ese año, Cuba tenía 6.413.733 usuarios de internet para una penetración del 30 por ciento. Luego vino en 2015 el acceso por WiFi en parques y espacios públicos, que en muchas ocasiones no presentaban condiciones de confort y seguridad para este servicio, pues algunos no tenían sitio para sentarse o lugares donde guarecerse del sol y de la lluvia, e incluso eran poco iluminados en la noche. 

Otro año icónico en este proceso fue el 2016, cuando comenzó en calidad de prueba el acceso a Nauta Hogar, un servicio de internet en las casas de los cubanos. Hasta ese momento, solo obtenían este servicio en Cuba los médicos, periodistas, académicos e intelectuales, que necesitaban permiso del Gobierno.

 

Foto: Zonas Wifi en Cuba. Claudio Peláez, El Toque.

Es importante destacar que en Cuba hasta estos años era limitado el acceso también a computadoras, celulares y tablets. Primero, las pocas tiendas que existían para estos equipos no eran para todos, no se podían importar al país. Mayormente las PCs y algún que otro equipo los tenían las escuelas e instituciones y se las asignaban, en este último caso, a algunos de sus trabajadores. 

Como parte de un Programa de Informática Educativa desde 2001 se instalaron laboratorios de informática en todas las escuelas en todos los niveles de enseñanza, incluso en entornos rurales, alimentados por paneles solares, y también se estableció la enseñanza de la computación. Además, existían los Joven Clubs de Computación y Electrónica diseminados en municipios y barrios del país. 

Bajo el eslogan de “La computadora de la familia cubana“ estos centros contribuyeron desde los ´80, primero, a acercar esta tecnología a las comunidades y, segundo, en la enseñanza de estas tecnologías mediante cursos y talleres gratuitos o de bajo costo para usuarios de todas las edades. 

De acuerdo con ETECSA, en 2014 habían 2 millones de líneas móviles activas y en 2016 se contabilizaba el doble. En abril de 2018 alcanzaron los 5 millones y  en diciembre de 2019 llegaron a 6 millones. Por lo tanto, tras la apertura de internet, los dispositivos móviles eran los que más estaban usando los cubanos, pues son más económicos y de mayor comodidad de uso para conectarse en la WiFi que otros como las laptops. Según un reporte de  We Are Social, 6,41 millones de los 6,47 millones de cubanos activos en internet se conectaban mediante teléfonos celulares en 2019.

El país pasó de una conexión satelital a la fibra óptica mediante esa política estatal de informatización. No es hasta diciembre de 2018 cuando, gracias a que se libera la posibilidad de conectarse a internet por datos móviles** mediante las redes 3G,  hubo un acceso mayoritario, pese a los altos costos que tuvo y aún mantiene.

 

Grandes medios de comunicación y podcast

Por otra parte, para entender el contexto cubano del podcast hay que conocer el entorno mediático. En el país, los medios de comunicación (prensa impresa, radio, TV y medios digitales) pertenecen al Estado, al Partido Comunista de Cuba (PCC) -el único permitido y el órgano político rector en el país- y a las instituciones políticas y de masas. 

Al menos así fue hasta los años 2014-2016, cuando, entre otras causas, a partir de la política de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y  el propio crecimiento de internet, surgieron otros tipos de medios ajenos al Estado también llamados indistintamente medios  privados, alternativos o independientes dentro de la isla.

Previamente, existieron medios privados y blogs que no respondían a la línea editorial estatal, pero su alcance entre los cubanos no era comparable con los grandes medios estatales. En el país es ilegal ejercer el periodismo fuera de los medios estatales, por lo que el estatus de los medios ante las instituciones es irregular.

El primer podcast cubano hecho desde Cuba del que se tiene registro hasta el momento, por su referencia en medios, incluso fuera del país, es precisamente el de una revista independiente que surgió en el año 2016 llamada Cachivache Media. Su nombre era El Trastero y trataba los más diversos temas, fundamentalmente de cine o tecnologías y tenía un formato de debate entre periodistas y amigos sobre ese tema. La revista no duró mucho tiempo y el podcast tampoco. En apenas un año dejaron de salir.

 

Foto: Cachivache Media.

En cambio, desde los medios pertenecientes al Estado, aunque la mayoría de las radioemisoras (100 en todo el país), tenían sitios web y daban la posibilidad de la escucha en streaming, no tenían el formato podcast entre sus proyecciones, al menos de producciones originales para la web y con el sistema de sindicación RSS. 

Desde 2009 existía el servicio estatal de alojamiento de archivos de audio y video teveo, que permitía el consumo bajo demanda de lo que publicaban los medios. Tras una primera renovación de esta aplicación en 2019, se añade la posibilidad de escuchar las emisoras cubanas en streaming, y luego se incorporaron los canales de televisión. 

Su objetivo era ser una suerte de alternativa soberana a otras plataformas de streaming que hasta ese momento estaban usando los medios cubanos. Aunque sus contenidos están disponibles internacionalmente, no posee sindicación RSS para que los suscriptores sepan de nuevos contenidos.

Las primeras incursiones en este tema están en boletines informativos producidos para la web y en el podcast De Cuba y de los cubanos, cuya primera emisión subida en noviembre de 2017 a la plataforma Ivoox estaba dedicada al aniversario de la fundación de la Ciudad de La Habana. Este podcast de la emisora Radio Rebelde, planta matriz de la radio cubana, proponía entrevistas a artistas que dialogaban sobre su obra y recorrido profesional; su presentador, Alejandro Rojas, mantenía un lenguaje fresco y juvenil, algo alejado de los cánones de la radio tradicional cubana.

Mientras tanto, algunos de los medios no estatales fueron también incursionando en el formato a partir de sonoridades propias. Podcast de noticias, debates jurídicos, entre otros temas y formatos fueron apareciendo poco a poco. El acceso a internet por datos móviles en 2018 permitió a los cubanos, primero, conocer el fenómeno y luego, lanzarse como prosumidores (productor-consumidor) a construir sus propias narrativas sonoras y apropiarse de los canales para contar sus historias, lejos de los grandes medios estatales o de los medios independientes.

 

Foto: El Toque.

En octubre de 2019 se estrenó otro hito para el podcast cubano llamado El Enjambre, de la publicación digital independiente El Toque. Su propósito es “debatir en torno al universo de Twitter en Cuba” y ha mantenido una audiencia fiel que escucha y retroalimenta a los tres presentadores del programa: inicialmente el emprendedor privado Camilo Condis, la escritora Lucía March y el periodista Alejandro Rojas, este último sustituido por el economista Miguel Alejandro Hayes y finalmente por el dramaturgo Yunior García en su más reciente temporada.

 

Camilo Condis, Lucía March y Miguel Alejandro Hayes, anfitriones de El Enjambre. Foto: El Toque.

 

Plataforma CubaPod

Como colofón de este formato de audio con sabor caribeño, llegó en 2020 la plataforma CubaPod y el bot de mismo nombre en la aplicación de mensajería Telegram. El ingeniero en ciencias informáticas, Carlos Lugones, creó esta plataforma para agrupar a la mayor cantidad de podcast hechos por cubanos estén dentro o fuera de Cuba y mediante el bot de Telegram realizar compresión de los archivos de audio de esos podcast cubanos para que la audiencia nacional gastase menos internet para consumirlos.

 

Foto: CubaPod.

Allí se han sumado medios (estatales e independientes), usuarios y emprendimientos. Abordan los más diversos temas, aprovechando también el boom de audiencia en el entorno del aislamiento por la pandemia. Hasta el cierre de esta edición, agrupa 201 podcast (no son todos, pues depende de cada podcastero unirse), 31970 descargas y 3100 suscriptores al servicio de descargas en Telegram. Los temas de sociedad y cultura son los que más producciones tienen con 36 podcast, seguidos por deporte con 21, arte con 17 y tecnología con 16. Las temáticas de gobierno y crimen real son las menos tratadas con 1 podcast y ninguno respectivamente.

 

El equipo de Cubapod. A la esquina superior izquierda, su creador, Carlos Lugones. Foto: CubaPod.

Los medios estatales se han sumado también a la producción de podcast, con mayor fuerza en la pandemia, llegando a obtener incluso reconocimientos, como es el caso de Más que papel del diario Juventud Rebelde (premiado en el festival de la radio joven “Antonio Lloga In Memoriam”), los podcast del medio digital Cubadebate o los pertenecientes a  las revista Alma Mater y ZunZun.

Incluso, los podcast de revistas independientes o proyectos de emprendimientos socioculturales han marcado su presencia en el escenario del podcasting internacional como por ejemplo, el podcast de la revista de periodismo narrativo El Estornudo, seleccionado en 2020 como becario de la aceleradora del Google Podcast Creator Program de las compañías Google y PRX, o el podcast Lo Llevamos Rizo, un proyecto que defiende la identidad y cultura racial, a partir del estilo de pelo rizado, que fue nominado este 2021 en los Latin Podcast Awards en la categoría Revelación del año.

 

 

Las radioemisoras, aunque han dado pasos en este sentido, aún realizan el volcado de sus contenidos tradicionales en formato podcast para ser descargados por los usuarios, sin tener en cuenta las dinámicas y diferencias entre el podcasting y la radio tradicional.

El 5 de mayo quedó instituido por la misma comunidad de CubaPod y los podcasteros cubanos, el Día del Podcasting Cubano, a raíz de una convocatoria en las redes lanzada por el creador de CubaPod. Será un día para celebrar a este formato tan democratizador y que les da alcance y voz a los públicos que socializan mediante las redes contenido en audio con sabor a Cuba, desde un profesor de lingüística (Para darle a la lengua) hablando de la importancia del idioma hasta un proyecto que defiende la comunicación digital de los emprendimientos cubanos en internet (El Pitch).

 

* En el país, funcionaban dos monedas: el Peso Cubano (CUP) y el Peso Cubao Convertible (CUC) . La tasa de compra de 1 CUC en la banca estatal es de 25 CUP.

** Actualmente el costo de un paquete de datos de uso diario de 200MB cuesta 25 CUP. El paquete más barato de la red 3G tiene 400MB y cuesta  125.00 CUP y de la 4G/LTE cuesta 100 CUP 1GB.

 


 

(*) Yohan Rodríguez. Periodista en formación. Ha sido guionista de programas por dos años en la Radio Cubana. Ha colaborado como productor de podcast narrativos y de entrevistas en revistas digitales cubanas. Colaborador de CubaPod, plataforma y directorio del podcasting cubano, donde comparte artículos y explicadores para la comunidad podcastera cubana. @AmedYohan

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