Desde Podcaster@s apoyamos iniciativas de la comunidad que se alinean a nuestra misión, entre ellas, darle visibilidad y difusión a los festivales y espacios de encuentro de productores. El año pasado fuimos aliados del Festival Estéreo de Argentina, entre otros. Con la premisa de generar conocimiento para crecer, le propusimos al equipo organizador que comparta la experiencia, pero con un enfoque distinto al que puede tener una crónica o una gacetilla de prensa: en esta nota Iván Jiménez cuenta cómo es organizar un festival para aportar herramientas que te puedan ser útiles. Los 10 puntos para crear un festival.
Por Iván Jiménez, colaborador desde Rosario provincia de Santa Fe, Argentina.
Los festivales de podcast son un tipo de experiencia que está viviendo un crecimiento exponencial en la industria hispanohablante. Desde 2020, nacieron iniciativas de renombre en toda Hispanoamérica como Podcastinación (Colombia), Estación Podcast (España), Podcast Fest (Chile), BA Podcast (Argentina), Al Oído (Colombia), Sonora (Uruguay) y Prosodia (España). Estos eventos ofrecen dos grandes oportunidades para que crezcan tanto proyectos como productores: la posibilidad de hacer redes con otros profesionales, y el encuentro en persona con el público ya consolidado y posibles nuevos oyentes.
Manual para hacer un festival de podcast desde la experiencia propia
En 2022, fui parte del equipo organizador de la primera edición del Festival Estéreo. Fue el primer caso de un encuentro de alcance nacional en Argentina por fuera de la capital, la Ciudad de Buenos Aires. La mayoría de las grandes productoras del país se encontraron en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Más de 20 shows en vivo y 15 espacios de formación se dieron en 5 sedes durante 3 días, lo que también significó una gran oportunidad para hacer networking y acercarse a oyentes viejos y nuevos.
La amplia y diversa convocatoria generó un consenso en las productoras nacionales de que el festival es un espacio a mantener y sostener anualmente. A partir de esa experiencia y como organizador, traigo algunos consejos y aprendizajes a la hora de pensar un festival de podcast.
Construir un lugar donde podamos mostrar lo que hacemos
1. La iniciativa y el objetivo de crear un festival
La idea surgió en una conversación informal entre dos productoras de Rosario, Bengala Podcast y Erre Podcast. Como productoras emergentes y aún jóvenes, nuestra urgencia era encontrar formas de vincularnos y mostrar nuestros trabajos, así como conocer la forma en la que trabajaban otros colegas para aprender de ellos. Ese espacio, si existía, estaba limitado a la ciudad de Buenos Aires, lo cual en un país tan centralizado como Argentina limita bastante las posibilidades para productores de otras latitudes. Para que el espacio que necesitábamos exista, debíamos construirlo nosotros mismos.
2. Armar un equipo de trabajo y aprender a organizarnos
Originalmente creado por sólo 4 personas, sabíamos que organizar un evento como Estéreo iba a demandar no sólo de esfuerzo e iniciativa, sino de know-how y contactos en ciertas áreas específicas. El equipo original de Estéreo estaba formado por Martín Parodi (docente de Comunicación Social y productor de Erre Podcast) y el equipo de Bengala Podcast: Iván Jiménez, Julián Viso y Christian Skinner, los tres sub-30 y con distintas inclinaciones y trayectorias profesionales. Si bien confiábamos en nuestra capacidad de construir una grilla, dirigir el evento y comunicarlo, veíamos tres grandes necesidades en nuestro equipo: cómo organizar nuestra estructura de trabajo y prioridades, cómo contactar a productores que no conocíamos y de qué forma financiar los gastos que podían surgir. A partir de eso, convocamos a Lucía Rodríguez, gestora cultural, y Federico Rusconi, proveniente del marketing, a sumarse como socios a nuestro equipo, lo cual nos abrió nuevas posibilidades no sólo para realizar lo que ya imaginábamos, sino para elevar nuestras ambiciones como evento.
3. Una definición: ser el festival de las productoras
Para cualquier proyecto e iniciativa, es fundamental delimitar un objetivo y un ideal, a partir de los cuales los primeros pasos a dar caen prácticamente de maduro. Nuestra visión era “el festival de los productores”: más allá de la capacidad de convocar a oyentes o de la masividad de los proyectos de nuestra grilla, lo que queríamos lograr era la presencia de los productores de trayectoria y renombre de la Argentina, personas que admiramos y tomamos como modelo. Era fundamental para nosotros instalar el podcast como producto narrativo, ambicioso y profesional, dejando en un segundo lugar el alcance. Lo siguiente fue, entonces, empezar a hacerle llegar a estos productores nuestra visión y las primeras invitaciones formales.
4. Estar preparado para el sí
Una idea que circulaba en nuestras primeras reuniones era “si de 10 personas que invitamos, 4 nos dicen que sí, igual es un éxito”. Lo que sucedió y no esperábamos era que prácticamente todos aceptaran la invitación. En nuestras primeras conversaciones con posibles invitados y partners, intentamos ser honestos y decirles que queríamos llegar a tal persona o lograr algún auspicio, pero no sabíamos cómo. La mayoría de las veces, la respuesta que recibimos no fue simplemente un contacto en frío o un consejo, si no una reunión para presentarnos y dar el buen visto ante esta persona, lo cual fue de gran ayuda. Mientras esa red se iba tejiendo, empezamos a notar un cambio. Si en las primeras reuniones sentíamos que teníamos que explicarle nuestro festival a los invitados y convencerlos de que íbamos a poder realizarlo, ahora ellos mismos nos decían que habían escuchado de la idea y querían formar parte. Para nosotros esto nos generó un cambio de actitud rotundo, e implicaba ahora un nuevo desafío: poder realizar lo que habíamos empezado a construir.
5. Cómo elegir dónde y apostar siempre en grande
Elegir una o varias sedes para un festival tiene un montón de condicionales a tener en cuenta, como la ubicación, las posibilidades técnicas, la estética del espacio, la relación con quienes lo gestionan y el acuerdo económico o institucional para disponer del lugar.
En nuestro caso, una de las cosas que teníamos en claro desde el principio es que el evento tenía que ser gratuito, y que uno de sus puntos fuertes a nivel institucional era que se realizaba en el interior del país. Por esos motivos, sentíamos que el Estado debía cumplir un rol en la realización del evento, en especial aportando los espacios físicos. Por medio de contactos que teníamos de experiencias previas como gestores culturales, pudimos armar un recorrido de sedes con un enfoque casi turístico de la ciudad de Rosario, disponiendo de salas emblemáticas como el Cine El Cairo, la Biblioteca Argentina, Plataforma Lavardén y el Centro de Expresiones Contemporáneas, que pertenecen al gobierno municipal de Rosario y de la provincia de Santa Fe. Además, construimos una alianza con el espacio Brújula Coworking, que sirvió como punto de encuentro durante toda la organización previa del evento y también como espacio para realizar charlas y encuentros sociales durante el festival. Ninguno de todos estos espacios nos demandó el pago de un alquiler por usarlo: todos los arreglos fueron a cambio de volverse partners y aparecer mencionados en la comunicación y gráfica.
6. Cada tarea necesita un responsable
Realizar un evento de este tamaño demanda estar muy al cuidado de la realización técnica. Conocer la infraestructura de cada espacio y los equipos a nuestro alcance nos da una pauta de qué posibilidades tenemos: si hay pantalla o no, cuántos micrófonos podemos usar, si podemos grabar el audio de los shows, etc. Pero además de prever es importante estar atentos durante el evento. Por entropía o Ley de Murphy, cualquier idea que tengamos puede fallar en el momento, lo cual no es grave si estamos atentos y disponibles para solucionarlo. Nos propusimos como máxima “cada tarea y equipo debe tener un responsable”. Si hay una pantalla, debe haber un encargado de lo que sucede en ella, y lo mismo con el sonido, el escenario, y todas las demás tareas.
Para ello, convocamos a un equipo de voluntarios a partir de la Escuela de Comunicación Social de Rosario, que llegó a más de 60 personas dispuestas a trabajar junto a nosotros. Para algunas tareas específicas que sentíamos fundamentales elegimos contratar profesionales pagos, como la operación de sonido, el community management durante el evento y el registro audiovisual y fotográfico. Aunque muchos roles parezcan redundantes, la pregunta que siempre debe sobrevolar es: “¿si surge algún problema, quién se encarga de resolverlo?”.
7. Salir al mundo
Después de mucho trabajo en las sombras, pudimos anunciar el festival al público. Hubo dos ejes muy importantes para la comunicación de Estéreo. El primero es que, al ser el primer festival de podcast en la ciudad, teníamos que hacer mucho foco en explicar el evento, cómo se iba a dar, en qué consistía. Saber usar la conversación cara a cara para explicar los puntos de interés y el formato del festival fue fundamental para transformar interesados en asistentes. El segundo eje fue lograr la difusión a partir de nuestros invitados. Fue muy importante que los invitados convocasen a su audiencia por sus propios canales, ya sea por videos de invitación o compartiendo nuestras propias publicaciones. De esta forma, sus oyentes no sólo se enteraron de la existencia del festival sino que lo reconocieron como un evento propio de sus proyectos favoritos.
8. El momento de la verdad: los shows
Eventualmente, la fecha llegó. El momento en el que los primeros asistentes empezaron a cruzar la puerta fue honestamente emocionante, y la convocatoria fue mucho más grande y diversa de lo que habíamos imaginado en aquellas primeras conversaciones. Cuando uno diseña un proyecto, construye una audiencia imaginaria, con un comportamiento supuesto por nosotros, pero el momento de encuentro con la audiencia real puede evocar muchos aprendizajes. La presencia de mucho público para las producciones locales, la forma en la que la gente se movía entre un escenario y otro, y las preguntas que hacían a los encargados de recepción fueron puntos donde entendimos qué información habíamos comunicado correctamente y cuál habíamos dado por sentada, y en qué tipo de personas nuestro evento podría generar un impacto y un interés real. En ese encuentro se concretó lo que habíamos planeado e imaginado durante meses, por lo que hay que prepararse para prestarle atención, analizarlo, sorprenderse y sobre todo disfrutarlo.
9. Ser anfitriones
Con todo lo que conlleva organizar un evento así, el instinto podría llevarnos a concentrarnos sólo en realizar el evento, en trabajar y en estar al tanto de todo. Sin embargo, la experiencia no debe ser placentera y fluida sólo para el público sino también para los invitados. Ellos son quienes ocupan los escenarios, y deben querer volver o recomendarnos para que la experiencia pueda repetirse. Asegurarse de que sepan lo que va a pasar, conozcan a las personas involucradas y se sientan a gusto es clave para generar un clima humano agradable. Nos propusimos generar espacios de distensión para ellos y nosotros mismos, organizando cenas para todos los invitados, organizadores y voluntarios luego de cada día de festival. Ese disfrute no sólo sirvió para seguir con el evento con energías, sino para enriquecer el networking y la construcción de lazos dentro de la industria.
10. El cierre y balance
Luego de un merecido descanso, fue inevitable que en las primeras reuniones surgieran balances, sensaciones y críticas respecto de lo que habíamos hecho. Pero, más allá de festejar o lamentarnos, intentamos que las ideas y reflexiones no se orienten al pasado sino al futuro. Todo lo que se hizo bien es una práctica que se puede y debe repetir, y todo lo que falló o no salió como se esperaba es una chance para cambiar de método o de formato. Pensar el festival como proceso y no como hecho único ayuda a ejecutar ideas sabiendo que podrían mejorarse o cambiarse en ediciones posteriores, y a no tenerle miedo a ser ambicioso con la producción del evento.
Haber organizado Festival Estéreo fue súper enriquecedor a nivel experiencia y construcción de lazos, pero también nos abrió nuevos horizontes respecto de lo que el podcast puede ser y generar en el público, y cómo imaginar nuevos géneros y producciones a partir de eso. En un panorama donde cada vez más se discute la monetización y la distribución de nuestros productos, pensar nuevas formas de atraer y fidelizar al público no sólo a nuestros proyectos, sino a la industria del podcast en su totalidad, abre un abanico de posibilidades inmenso.
En ese sentido, nada nos gustaría más que inspirar nuevos espacios de contacto entre productores y público, del tamaño que sean y en cualquier lugar del mundo. Si hay un aprendizaje a destacar de toda esta experiencia, es que ese contacto es el motivo mismo por el cual producimos podcast.
Iván Jiménez
Es de Rosario, Argentina. Productor y creador digital. Miembro fundador de Bengala Podcast y Festival Estéreo. Editor y productor de Fútbol & Coso. Músico, organizador de festivales, hiperactivo. Puedes seguirlo en sus redes sociales: Twitter, Instagram, and LinkedIn
